jueves, 26 de julio de 2012

Enseñanzas


Recientemente una profesora aún muy joven, que viajó de Polonia a Brasil, impartió un seminario y, con mucha lucidez, aportó puntos importantes para la reflexión de su auditorio.
Ella dijo lo siguiente:
“Ya viví lo suficiente para presenciar tres períodos distintos en el comportamiento de las personas.
El primero lo viví en la infancia, cuando aprendí de mis padres que era preciso ser.
Ser honesta, ser educada, ser digna, ser respetuosa, ser amiga, ser leal…
Algunas décadas más tarde, fui testigo de la fase del tener.
Era preciso tener.
Tener buena apariencia, tener dinero, tener status, tener cosas, tener y tener…
En la actualidad, estoy presenciando la fase del “haz-de-cuenta”.
Analizando este punto de vista, llegaremos a la conclusión de que hoy, muchas personas hacen de cuenta que todo está bien.
• Padres hacen de cuenta que educan.
• Profesores hacen de cuenta que enseñan.
• Alumnos hacen de cuenta que aprenden.
• Profesionales hacen de cuenta que son competentes.
• Gobernantes hacen de cuenta que se preocupan con el pueblo, y hay pueblos que hacen de cuenta que lo creen.
• Personas hacen de cuenta que son honestas.
• Líderes religiosos que se hacen pasar por representantes de Dios, y fieles que hacen de cuenta que tienen fe.
• Enfermos hacen de cuenta que tienen salud.
• Maleantes hacen de cuenta que son dignos.
• Y la justicia hace de cuenta que es imparcial.
• Traficantes se hacen pasar por ciudadanos de bien y consumidores de drogas hacen de cuenta que no contribuyen con ese mercado del crimen.
• Padres que hacen de cuenta que no saben que sus hijos usan drogas, que se prostituyen, que se están matando poco a poco e hijos que hacen de cuenta que no saben que sus padres saben.
• Corruptos se hacen pasar por idealistas y terroristas hacen de cuenta que son justicieros.
• Y la mayoría de la población hace de cuenta que todo está bien
Pero una cosa es segura:
No podemos hacer de cuenta cuando nos miramos en el espejo de la propia conciencia.
Podemos inclusive encontrar disculpas para explicar nuestros haz-de-cuenta, pero no los justificamos.
 Es importante resaltar, sin embargo, que esa representación de cada día, ese haz-de-cuenta causa perjuicios para aquellos que echan mano de este tipo de comportamiento.
La persona que actúa así termina confundiéndose a sí misma y cayendo en un vacío, pues ni ella misma sabe de hecho quien es y acaba traicionándose en algún momento.
Y esto es extremadamente extenuante y desgastante.
Raras personas son realmente auténticas.
Por eso se destacan en los ambientes en que se mueven.
Son aquellas que no representan, apenas son lo que son, sin hacer de cuenta.
Son profesionales éticos y competentes, amigos leales, padres celosos en la educación de sus hijos, políticos honestos, religiosos fieles a las enseñanzas que imparten.
Son, en fin, personas no complicadas, de actitudes simples, pero coherentes y, sobre todo, fieles consigo mismas.
La persona que vive de apariencias o finge ser quien no es, corre serios riesgos de caer en la depresión. Esto es perfectamente comprensible por la batalla que traba consigo misma y el desgaste para mantener una realidad falsa.
Si es fácil engañar a los demás, es imposible engañar a la propia conciencia.
Por todas esas razones, vale la pena ser quien se es, aunque eso no le agrade a los demás.

lunes, 9 de julio de 2012

Adicción al Internet


La compulsión por el uso de Internet puede tener índices de gravedad tan altos o más aun que los que tienen un drogadicto, un alcohólico, un jugador o un depravado sexual.
Lo podemos llamar “uso patológico de Internet”,donde encontramos un gran número de personas que se internan en romances, en datos, en cifras, en música y muchos otros aspectos de la vida que ofrece el ciber-espacio.

En investigaciones norteamericanas los abogados especializados en familia, reportan cifras récords de divorcios relacionados con el cibersexo, también romances entre diferentes parejas.

Uno de los aspectos problemáticos es: ¿a qué se hacen adictos los adictos a Internet? ¿Es al contenido al que acceden o es al Internet en sí? Respecto a esto, utilizan el término de adicción al ordenador/Internet, y la definen como un fenómeno o desorden putativo que depende tanto del medio como del mensaje, sin inclinarse a favor de ninguno.
La existencia de  ”adicciones tecnológicas”, que se definen como adicciones no químicas que involucran la interacción hombre-máquina. Estas pueden ser pasivas (como la televisión) o activas(como los juegos de ordenador o Internet).
Esta sería una modalidad de las adicciones psicológicas o conductuales, que a su vez incluiría a la adicción a Internet.
Varios autores  han señalado que Internet podría ser, en la mayoría de los casos, solo un medio o lugar donde alimentar otras adicciones o trastornos (Ej. adicción al sexo, ludopatía o parafilias),
aunque también señalan que existen casos de adicción a Internet por sí mismo.